El superávit energético de enero superó al saldo comercial total del país, lo que evidencia la creciente dependencia de la economía argentina de la producción de Vaca Muerta. Sin el aporte del sector energético, la balanza comercial habría registrado un déficit de USD 538 millones, según un informe del economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
De acuerdo con los datos del INDEC, el saldo comercial total en enero fue de USD 142 millones, lo que representa una caída del 82% respecto al mismo mes de 2024. Este desplome se explica en gran parte por la recuperación de la actividad económica y el consiguiente aumento de las importaciones.
El informe de Argañaraz subraya que el superávit energético alcanzó los USD 678 millones, el nivel más alto en años, con un aumento del 64% interanual. Este fenómeno refleja la importancia de Vaca Muerta, principal motor de las exportaciones de petróleo y gas natural, que han sostenido la balanza comercial en los últimos meses.
El sector energético no solo aporta divisas, sino que también es una fuente clave de recaudación fiscal para el Estado y las provincias productoras. En 2024, las regalías hidrocarburíferas representaron el 12,6% de la recaudación total en estas jurisdicciones, alcanzando el 31% en Neuquén, el 20% en Chubut y el 18% en Santa Cruz.
Según la Secretaría de Energía, las exportaciones energéticas crecieron un 23,7% en enero, con Chile y EE.UU. como principales compradores. El envío de crudo y gas a estos países aumentó un 35,9% y 54,2%, respectivamente.
Sin embargo, en una paradoja del mercado energético, Argentina importó gas de Chile a un precio tres veces mayor que el gas de Vaca Muerta. El motivo fue la caída del suministro desde Bolivia y los retrasos en la reversión del Gasoducto del Norte, lo que obligó a recurrir al gas natural licuado (GNL) que Chile compra en el mercado internacional.
El ingeniero Emilio Apud, exsecretario de Energía, explicó que el país pagó más de USD 10 por millón de BTU de gas importado desde Chile, mientras que el gas de Vaca Muerta cuesta alrededor de USD 3,5 por millón de BTU. Este contrasentido se debió a la falta de infraestructura adecuada para distribuir el gas dentro del país.
Los especialistas advierten que la balanza energética podría aportar USD 8.000 millones en 2025 y llegar hasta USD 30.000 millones en la próxima década, pero para ello es crucial avanzar en nuevas inversiones en gasoductos, oleoductos, puertos y plantas de licuefacción de gas.
Según Juan Bosch, presidente de Saesa, "el superávit energético permitió a Argentina salir del déficit crónico y recuperar protagonismo en el mercado de hidrocarburos". No obstante, subrayó que para consolidar este avance es clave finalizar obras de infraestructura y fomentar la apertura del mercado energético.