La geopolítica del comercio internacional está experimentando un cambio profundo. Mientras la zona euro enfrenta un estancamiento económico, China acapara cada vez más cuota de mercado en sectores clave. Desde 2020, las exportaciones europeas han perdido terreno, mientras que las chinas han seguido creciendo de manera sostenida.
Según datos de Goldman Sachs, al comparar las exportaciones de ambas regiones con base en 100 en 2021, en noviembre de 2024 el índice chino llegó a 118 puntos, mientras que el de la zona euro cayó a 96, una diferencia de 22 puntos que evidencia la pérdida de competitividad de Europa en el comercio global.
El declive de la zona euro se debe a varios factores, entre ellos:
A diferencia de otras crisis petroleras, esta vez Europa ha sido especialmente perjudicada por su dependencia del gas ruso, lo que obligó a muchas fábricas a reducir o suspender su producción.
Mientras Europa pierde terreno, China ha expandido su participación en las cadenas de valor globales, especialmente en cuatro sectores estratégicos:
Según un informe del Grupo Rhodium, el crecimiento de la manufactura china en estos sectores ha desplazado a grandes productores como Alemania y Japón.
En el comercio global, Estados Unidos y Japón han mostrado estabilidad, sin grandes pérdidas ni ganancias en su cuota de mercado. Sin embargo, el futuro de la industria automotriz estadounidense dependerá de si se mantienen los créditos fiscales y subsidios incluidos en la Ley de Reducción de la Inflación, actualmente amenazados por la oposición republicana.
Por otro lado, países como México y algunas economías de Europa Central y del Este podrían ganar participación de mercado en el futuro, aunque la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos podría limitar ese avance.
El crecimiento de China en el comercio internacional no es solo coyuntural. Su expansión en sectores estratégicos, junto con la debilidad de Europa y la incertidumbre en EE.UU., refuerzan su posición como líder en exportaciones.
Con una economía más resistente a crisis externas y un control estratégico sobre cadenas de suministro clave, China parece estar redefiniendo las reglas del comercio global, consolidando su influencia en un mundo cada vez más competitivo.