Tal como se preveía desde comienzos de mayo, el Grupo Albanesi confirmó este jueves su entrada formal en default, tras no poder afrontar el pago de intereses de sus Obligaciones Negociables (ON). A través de un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), dos de sus principales subsidiarias, Generación Mediterránea (Gemsa) y Central Térmica Roca, admitieron que no lograron regularizar los atrasos dentro del plazo de gracia de 30 días.
"Vencido el plazo de gracia previsto en los términos y condiciones de las Obligaciones Negociables y no habiéndose efectuado el pago de los intereses correspondientes, se ha configurado un Supuesto de Incumplimiento", señala la nota enviada al organismo regulador.
El default corresponde al bono Clase XXXIX, identificado por el ticker MR390, con vencimiento en 2031 y una tasa en dólares del 11% anual, muy por encima de los promedios del sector energético nacional. Este instrumento había sido bien recibido por inversores debido a su alto rendimiento, pero la falta de pago encendió una alerta en el mercado.
La compañía que encabeza Armando Loson enfrenta un endeudamiento total superior a u$s1.100 millones, equivalentes a unos $1,41 billones al tipo de cambio oficial. Dentro de ese total, u$s220 millones corresponden a pasivos de corto plazo, lo que presiona aún más su liquidez operativa.
Según el mismo comunicado, las subsidiarias ya se encuentran trabajando junto a asesores financieros y legales —tanto locales como internacionales— en un proceso de reordenamiento financiero para intentar readecuar la deuda al flujo de ingresos reales. El objetivo, explicaron, es “preservar la continuidad operativa y resguardar los intereses de los acreedores”.
Gran parte del pasivo que hoy ahoga al grupo proviene de inversiones en proyectos de generación eléctrica realizadas entre 2021 y 2024. Varios de esos desarrollos no pudieron completarse en tiempo y forma, ni alcanzaron el retorno económico esperado. A ello se le sumaron los retrasos en los pagos por parte del Estado nacional, que agravaron la situación de liquidez de muchas firmas del rubro.
Cammesa, la empresa que administra el mercado eléctrico mayorista, abonó la energía entregada en diciembre de 2023 y enero de 2024 con bonos sin interés ni ajuste por inflación, una decisión que impactó directamente en la caja de los operadores privados.
El caso de Albanesi se suma a una serie de defaults empresariales recientes en Argentina, entre los que figuran Celulosa, Red Surcos, Los Grobo y Agrofina. La fragilidad macroeconómica, la caída de ingresos reales y los problemas de financiamiento se combinan en un contexto complejo para el entramado corporativo local.
El grupo Albanesi posee más de 1.500 MW de capacidad instalada, representando aproximadamente el 6% de la generación eléctrica del país. Tiene operaciones en Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Río Negro, Santiago del Estero y Buenos Aires. Por esa razón, su situación financiera tiene efectos de arrastre sobre proveedores, bancos y tenedores de bonos.
"Hemos iniciado -con la ayuda de nuestros asesores financieros y legales, locales e internacionales- un proceso de reordenamiento financiero", informaron desde el grupo.
El desenlace de esta reestructuración será clave para el futuro del mercado energético argentino y su cadena de pagos.