El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, denunció un asedio sistemático por parte del régimen de Nicolás Maduro a la Embajada de Argentina en Caracas, donde permanecen refugiados seis opositores bajo asilo político. Según González, el operativo incluye cortes de electricidad, bloqueos de comunicación y restricciones en los accesos, lo que representa una violación flagrante de los derechos de los asilados y de las normas internacionales.
Desde el sábado por la noche, agentes de seguridad chavistas rodearon la embajada, empleando drones para interferir las señales móviles y patrullas que bloquean las calles adyacentes. La situación se agravó con la interrupción del suministro eléctrico, dejando a los refugiados en una situación crítica.
“Continúa el asedio a nuestros compañeros refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas”, expresó González a través de la red social X, alertando sobre los riesgos que enfrentan los disidentes y responsabilizando directamente al régimen chavista por cualquier desenlace. “Estamos muy atentos y alertando a todos los países y aliados de lo que pueda suceder. Las reacciones no se harán esperar”, agregó.
Pedro Urruchurtu, disidente y miembro de la oposición, informó que agentes chavistas cerraron los accesos a la sede diplomática y desplegaron drones para intensificar la intimidación. “La embajada está sitiada. Han cortado las comunicaciones y bloqueado los accesos, haciendo cada vez más evidente la intención de forzar a los refugiados a salir”, denunció.
Por su parte, Magalli Meda, jefa de campaña de María Corina Machado, confirmó que desde la madrugada del domingo los cortes de electricidad persisten. “Estamos sin luz y rodeados. Esto es una muestra más de la persecución política que hemos denunciado durante años”, aseguró.
La Cancillería argentina, liderada por el Gobierno de Javier Milei, condenó el cerco a través de un comunicado oficial, calificando las acciones como una “perturbación grave” de la seguridad diplomática y una violación al derecho internacional. Además, agradeció a Brasil por brindar protección adicional a la sede y pidió a la comunidad internacional pronunciarse con firmeza ante estos hechos.
En el documento, Argentina instó al régimen de Maduro a cesar inmediatamente el hostigamiento y a garantizar la integridad física de los asilados. Este gesto se suma al llamado realizado por la Plataforma Unitaria Democrática, que calificó el cerco como “una escalada de las agresiones del régimen chavista” contra la oposición.
El comando de María Corina Machado, por su parte, emitió un comunicado exigiendo la entrega de salvoconductos para los refugiados. “Esta acción repetida constituye una clara violación a los convenios internacionales en materia de asilo y diplomacia suscritos por el Estado venezolano”, subrayaron.
No es la primera vez que ocurren incidentes similares. En septiembre pasado, un grupo de opositores denunció el asedio a otra sede diplomática, marcando un aumento en las tensiones entre el régimen chavista y los países que apoyan a los refugiados políticos. En aquella ocasión, la falta de electricidad y los bloqueos prolongados pusieron en jaque la seguridad de los asilados, lo que generó un repudio generalizado de varios gobiernos latinoamericanos.
El caso actual intensifica las preocupaciones sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela y los límites a los que el régimen de Maduro está dispuesto a llegar para reprimir a la oposición.
Edmundo González adelantó que se encuentra en contacto con aliados internacionales para movilizar apoyo ante esta crisis. “Estamos trabajando en una respuesta conjunta que exponga al régimen y garantice la seguridad de los refugiados. La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante este tipo de agresiones”, señaló.
Con las denuncias acumulándose y el asedio prolongándose, la atención global se centra en Caracas, donde el desenlace de esta crisis podría tener repercusiones significativas en las relaciones diplomáticas de Venezuela y su ya deteriorada imagen internacional.