Este martes 18 de marzo, Israel lanzó una serie de ataques aéreos en la Franja de Gaza que dejaron más de 400 muertos, en su mayoría civiles, rompiendo la tregua que se mantenía desde enero. Los bombardeos, que impactaron zonas como Khan Younis y la Ciudad de Gaza, han sido condenados internacionalmente y reavivaron los temores de un retorno al fuego cruzado entre Israel y Hamás.
La tregua, iniciada el 19 de enero, había permitido un frágil alto el fuego y la liberación de 33 rehenes israelíes a cambio de casi 2.000 prisioneros palestinos. Sin embargo, las negociaciones para la segunda fase del acuerdo se estancaron. Israel se mostró reacio a discutir un cese de hostilidades a largo plazo y la retirada total de sus tropas de Gaza, mientras que Hamás exigía garantías para avanzar.
El 14 de marzo, Estados Unidos presentó un plan “puente” para extender la tregua hasta abril, proponiendo la liberación de cinco rehenes a cambio de 50 días de alto el fuego. Sin embargo, la falta de consenso y las acusaciones mutuas de violaciones al acuerdo llevaron al colapso de las negociaciones.
La reanudación de los ataques coincide con una crisis interna en Israel, donde el primer ministro Benjamin Netanyahu enfrenta crecientes críticas por su manejo de la guerra y la liberación de los rehenes. Recientemente, Netanyahu despidió al jefe del Shin Bet, Ronen Bar, una decisión que ha sido calificada como “sin precedentes” y que ha generado protestas en el país.
Netanyahu también enfrenta presión de su coalición de gobierno, que exige no ceder ante Hamás y mantener una postura dura. Los críticos argumentan que estas decisiones buscan consolidar su poder mientras enfrenta acusaciones de corrupción y creciente descontento público.
Otro factor clave fue la decisión de Israel de bloquear la asistencia humanitaria a Gaza el 2 de marzo, como medida de presión sobre Hamás. Esta acción fue condenada por Egipto y Qatar, mediadores en el conflicto, quienes la calificaron como una violación del derecho humanitario.
Durante la tregua, la ayuda humanitaria había aumentado, aliviando parcialmente la grave crisis en Gaza. Sin embargo, el bloqueo reciente exacerbó las condiciones en el enclave, donde la población enfrenta escasez de alimentos, medicinas y otros suministros básicos.
Los ataques de este martes también reflejan el fortalecimiento de las capacidades militares israelíes tras dos meses de pausa, durante los cuales recibió apoyo logístico y militar de Estados Unidos. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, advirtió que Israel busca no solo reanudar, sino intensificar las hostilidades en Gaza.
Mientras tanto, la comunidad internacional ha llamado a un nuevo cese al fuego y a la reanudación de las negociaciones. Sin una intervención rápida y efectiva, el retorno a la violencia parece inevitable, con consecuencias devastadoras para la población civil en Gaza.