PRAIA DA LUZ, PORTUGAL – El caso que conmocionó al mundo vuelve a estar en el foco de la justicia internacional. A 18 años de la desaparición de Maddie McCann, las autoridades portuguesas y alemanas reactivaron una serie de búsquedas exhaustivas en la región del Algarve, basadas en imágenes satelitales y datos tecnológicos recientes. Los trabajos, que comenzaron esta semana, se desarrollan cerca del lugar donde la niña británica fue vista por última vez.
En los alrededores de Praia da Luz, el operativo policial desplegó excavadoras, motosierras, georradares y personal especializado. La iniciativa fue solicitada por la fiscalía de Brunswick (Alemania) en el marco de su investigación contra Christian Brückner, principal sospechoso del caso, quien se encuentra actualmente cumpliendo una condena en prisión. Según confirmaron medios locales y corresponsales de AFP, las tareas incluyen inspecciones en parcelas, pozos y estructuras rurales deterioradas.
La intervención comenzó con la llegada de vehículos policiales alemanes y portugueses a un camino de tierra de difícil acceso. Allí, los agentes iniciaron excavaciones en zonas próximas a una antigua residencia de Brückner, quien vivió durante años en la zona y cuenta con antecedentes por delitos sexuales.
Uno de los elementos que reactivó las labores fue una imagen satelital captada en junio de 2007, apenas siete semanas después de la desaparición de Maddie. La foto muestra una tienda blanca instalada en un antiguo edificio de piedra, considerado clave en esta nueva etapa de la pesquisa. Ese sitio, ubicado a poca distancia del alojamiento de los McCann, ha sido señalado como un posible lugar de refugio de Brückner.
La estructura, descrita por los investigadores como un granero sin techo, tiene dimensiones de 18 metros de largo por 7,6 metros de ancho. Su acceso estuvo bloqueado por malezas y escombros, lo que obligó a utilizar maquinaria pesada para ingresar. La dificultad del terreno, sumada al paso del tiempo, representa un obstáculo importante para la recolección de pruebas forenses.
Las autoridades recordaron que esta no es la primera vez que se realizan búsquedas con fines forenses en el sur de Portugal. En mayo del año pasado, se realizaron excavaciones cerca de un lago en Silves, a 50 kilómetros del punto actual, sin resultados concretos. La experiencia previa sumó presión a los investigadores para maximizar los recursos disponibles en esta nueva etapa.
Las labores, que podrían extenderse hasta el viernes, se desarrollan con la participación de al menos 25 agentes alemanes y varios equipos técnicos. Parte del material recogido será trasladado a laboratorios para su análisis detallado.
Christian Brückner, ciudadano alemán de 47 años, fue señalado como principal sospechoso en 2020, cuando la justicia alemana informó que tenía "plena convicción" de su implicación en la desaparición de Maddie. Aunque nunca fue acusado formalmente por ese crimen, su historial criminal y su conexión con la zona del Algarve lo mantuvieron bajo vigilancia constante.
En la noche en que la menor desapareció, la señal de un teléfono celular a nombre de Brückner fue detectada en los alrededores del apartamento donde se hospedaba la familia McCann. Esa información fue uno de los indicios que activaron la intervención judicial alemana. Además, Brückner ya fue condenado por la violación de una mujer estadounidense de 72 años, ocurrida en 2005 también en Praia da Luz.
Actualmente, cumple una sentencia de siete años de prisión que concluye, en principio, en septiembre de 2025. La posibilidad de su liberación impulsa con mayor urgencia la labor de la fiscalía de Brunswick, que intenta consolidar evidencias en su contra antes de que finalice su condena actual.
Otra línea de trabajo incluye el rastreo de cinco edificaciones rurales que habrían sido utilizadas por Brückner como refugio en la época de la desaparición. Se trata de granjas y galpones abandonados, algunos con estructuras parcialmente derrumbadas, que habrían servido de escondite temporario. Estas locaciones fueron identificadas a partir del cruce entre testimonios, mapas y nuevas imágenes satelitales analizadas por expertos.
Los investigadores sospechan que allí podrían encontrarse rastros que permitan reconstruir los movimientos del sospechoso durante los días posteriores a la desaparición. La zona, frecuentada por mochileros y trabajadores temporales, presenta particularidades que dificultan el seguimiento retrospectivo.
Maddie McCann desapareció el 3 de mayo de 2007 mientras dormía junto a sus hermanos mellizos en un apartamento turístico de Praia da Luz, mientras sus padres cenaban a pocos metros. El caso generó una movilización internacional inédita, con cobertura global y miles de pistas que no llevaron a resultados concluyentes.
Desde entonces, la causa tuvo varias líneas de investigación y sospechosos descartados. La intervención alemana en 2020 renovó las expectativas, aunque hasta el momento no logró imputar a Brückner formalmente. Pese al paso de los años, la desaparición de Maddie continúa ocupando titulares en Europa y el Reino Unido, y cada movimiento judicial es seguido de cerca por los medios.
El avance de estas búsquedas dependerá ahora del análisis de los materiales recogidos y de las condiciones climáticas en el terreno, que han complicado el trabajo en días anteriores. Mientras tanto, la esperanza de la familia McCann y de los investigadores sigue depositada en la posibilidad de que una nueva evidencia permita esclarecer el misterio que persiste desde hace 18 años.