Pesca: El SOMU y las cámaras pesqueras vuelven a reunirse este lunes para intentar destrabar la paritaria de la flota fresquera.
El conflicto salarial en el sector pesquero continúa sin solución definitiva. Aunque el pasado jueves se firmó un acuerdo entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y las cámaras empresarias que actualizó los sueldos básicos de la flota congeladora, la situación de la flota fresquera sigue sin resolverse. Este segmento es clave, ya que es el que descarga pescado en los puertos y mantiene en actividad a las plantas de procesamiento en tierra.
Desde el gremio, el prosecretario del SOMU en Puerto Madryn, Gilberto Albornoz, aclaró que lo acordado hasta el momento “es solamente en el básico y otros puntos”, mientras que las empresas persisten en su intención de aplicar una baja del 30% en los pagos por producción. Albornoz detalló que “lo firmado es solamente en el básico y otros puntos, lo que es bodega adicional hay un plus que se firmó, que en cada acta de acuerdo que se vota”.
Las empresas ya están listas para salir a pescar, pero según el dirigente, “por el momento no llamaron a nadie a navegar. Solamente están mandando comunicados por WhatsApp a la gente, apretando para que firme lo que le están mandando. Conarpesa mandó un contrato de ajuste con los precios y los valores que quiere que firmen”.
El acuerdo firmado el jueves en el Ministerio de Capital Humano de la Nación, con participación de la Secretaría de Trabajo, abarca a barcos que capturan mariscos, merluza, langostino y otras especies. El convenio, que estaba vencido desde el 1 de abril, tendrá vigencia hasta septiembre y estipula aumentos del 1, 2 y 2,5% según el IPC.
Por su parte, Albornoz reiteró que “es un lock-out patronal lo que está pasando, eso lo sabemos. A nivel nacional están tomando todas las medidas necesarias para que los barcos salgan”. Hoy lunes 14, a primera hora, está prevista una nueva reunión entre las partes, aunque desde el sindicato anticipan que las cámaras empresarias podrían mantener su postura de reducción salarial, mientras que los marineros no están dispuestos a ceder.
El gremio advierte que, si la temporada de langostino se inicia en las próximas semanas, solo quedarían tres meses de trabajo efectivo, con prioridad para los marineros efectivos, lo que complicaría la situación de los relevos. “El efectivo va a querer trabajar lo más posible que pueda”, advirtió Albornoz.
El sector permanece en estado de alerta y a la espera de una definición que permita el inicio de la temporada, en medio de tensiones por la puja salarial y la amenaza de lock-out patronal.