El magnate tecnológico Elon Musk oficializó su salida del gabinete del presidente Donald Trump, en un encuentro con la prensa dentro del Despacho Oval, donde dejó claro que la relación entre ambos permanece sólida. A pesar de abandonar su rol dentro del gobierno, aseguró que mantendrá el vínculo con el mandatario y continuará ofreciéndole asesoramiento en temas estratégicos.
“Seguiré visitándolo y espero seguir siendo amigo y asesor del presidente. Espero con ansias volver a estar en esta increíble sala”, declaró Musk, visiblemente distendido, junto a Trump durante la conferencia en Washington.
Su renuncia se produce en medio de una etapa turbulenta para varias de sus compañías, incluidas Tesla, SpaceX y la red social X, que recientemente enfrentaron caídas bursátiles y controversias mediáticas. No obstante, Musk adelantó que redoblará esfuerzos en esos frentes y confirmó que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), estructura que fundó dentro del Ejecutivo, seguirá activo y ampliando su influencia.
DOGE como filosofía de gestión pública
El creador de Tesla definió al DOGE como algo más que un programa de reducción de gastos federales. “El equipo de DOGE se fortalecerá con el tiempo. La influencia de DOGE seguirá creciendo. Es como una especie de budismo. Es como una forma de vida”, señaló el empresario, trazando un paralelismo inusual con prácticas filosóficas orientales.
El DOGE había ganado notoriedad dentro de los círculos gubernamentales por aplicar criterios empresariales al manejo del presupuesto público, con foco en recortes drásticos, automatización y externalización de servicios. Aunque su implementación no estuvo exenta de críticas, Musk defendió en reiteradas ocasiones sus resultados y considera que puede seguir aportando desde fuera del gobierno.
Tensión con la prensa y ataques a The New York Times
Durante la misma rueda de prensa, Musk desvió momentáneamente la atención para cuestionar duramente a The New York Times, en respuesta a una publicación reciente que lo vincula con presunto consumo de drogas durante la campaña electoral.
“¿Es la misma publicación que ganó un Premio Pulitzer por información falsa sobre el Rusiagate? ¿Es la misma organización? ¡Creo que sí!”, lanzó, sin disimular su enojo.
El artículo al que hizo referencia, difundido la semana pasada, puso el foco en su cercanía con miembros del entorno trumpista y en supuestos episodios de consumo de estupefacientes que habrían alarmado a ejecutivos e inversores de sus compañías. Musk desestimó esas versiones y reiteró que se trata de ataques “fabricados” con fines políticos.
Foco en Tesla, SpaceX y X
En su nuevo rol —más vinculado al ámbito empresarial que al institucional—, Musk aseguró que su atención estará puesta en revitalizar Tesla, su empresa de automóviles eléctricos, que viene enfrentando un retroceso en ventas globales. A eso se suma una etapa compleja en SpaceX, afectada por cuestionamientos regulatorios tras fallas recientes en lanzamientos clave.
Tampoco descuidará la red social X, donde actúa no solo como dueño, sino como referente político e ideológico. La plataforma atraviesa un periodo de reformulación, con cambios en su política de moderación de contenido y una fuerte disputa por captar anunciantes, en medio de una caída sostenida de ingresos publicitarios.
A pesar de su salida formal, Musk reiteró que no se alejará del escenario político. Cercano a Trump desde los primeros meses de su mandato, fue una de las figuras empresariales más destacadas en colaborar con la agenda republicana, especialmente en áreas como energía, defensa y telecomunicaciones.
Relación intacta con Trump
Por su parte, Trump no escatimó elogios hacia Musk. “Elon es un hombre brillante. Ha hecho cosas increíbles por este país. Y seguirá haciéndolo, desde donde esté”, señaló el presidente durante el acto.
Ambos evitaron dar precisiones sobre el futuro del DOGE o sobre eventuales nuevas funciones para Musk dentro de una hipotética administración republicana. Sin embargo, los gestos entre ambos dejaron en claro que la sintonía política continúa intacta.
En círculos cercanos al mandatario, no se descarta que Musk pueda jugar un rol clave en la campaña presidencial de 2026, aunque esa posibilidad dependerá de su desempeño empresarial en los próximos meses.