NACIONAL: El ministro de Economía detalló cómo el Estado intervino tras el canje de LEFI y apuntó contra la actitud de los bancos frente a la liquidez del sistema.
La presión sobre el dólar aumentó de forma notable cuando la moneda estadounidense se aproximó a los $1.300, obligando al Gobierno a tomar cartas en el asunto. Luis Caputo, ministro de Economía, precisó los pasos concretos que se dieron para absorber el exceso de pesos, producto del desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), y para reducir la volatilidad cambiaria.
El mecanismo central fue el canje de las LEFI, que estaban en manos del Banco Central, por las Lecap, Letras del Tesoro Nacional capitalizables en pesos. El objetivo de la operación era contener el crecimiento de la base monetaria, que había recibido una inyección de cerca de 10 billones de pesos, y moderar el riesgo de una aceleración inflacionaria. Con este movimiento, se dio por concluido el régimen de tasa de política monetaria que fijaba el Central y se pasó a una tasa de interés endógena, determinada por la dinámica del mercado de agregados monetarios. Esto provocó una disminución en los rendimientos que los bancos ofrecían por los depósitos a plazo fijo.
La responsabilidad de la dinámica cambiaria de los últimos días recayó, en gran parte, sobre la estrategia del BCRA de absorber la liquidez que quedó disponible luego del canje de LEFI. Caputo fue claro al marcar que el mercado esperaba que los bancos llevaran las LEFI a Lecap, pero la realidad fue diferente. Los bancos, ante el temor a perder liquidez diaria, decidieron no apostar por la sustitución total de los instrumentos y optaron por reforzar sus encajes, es decir, acumular reservas por encima de lo estrictamente requerido.
Caputo señaló que, al sobre encajar todos al mismo tiempo, se generó una caída abrupta de las tasas cortas. Frente a este escenario, el BCRA optó por absorber la liquidez superflua mediante pases pasivos y la convocatoria a una licitación de títulos de deuda, ambas acciones dirigidas a recoger los pesos sobrantes del sistema. El propio Caputo admitió que los bancos solicitaron esa licitación, que tuvo lugar a mitad de semana, como mecanismo para destinar los excedentes y evitar distorsiones en las tasas.
La absorción de pesos fue intensa en los días previos. El BCRA logró retirar alrededor de 5 billones de pesos del mercado en tres días hábiles, con la aspiración de consolidar el sendero desinflacionario y evitar que la demanda de dólares se saliera de control. Caputo insistió en que la prioridad máxima sigue siendo que no sobren pesos en el sistema, para evitar presiones en el tipo de cambio y en los precios internos.
La intervención también llegó al mercado de futuros. Según fuentes, el Gobierno vendió contratos de dólar futuro para contener el avance de la cotización mayorista, buscando bajar las expectativas de devaluación y apuntalar el enfoque contractivo de la política monetaria.
El cambio en la liquidez local, producto del canje de LEFI, trajo consecuencias inmediatas en el mercado monetario. Las tasas de caución a un día cayeron más de 200 puntos básicos, en línea con la sobrante presencia de pesos. Esta disponibilidad de dinero para prestar a corto plazo mostró cuánto había cambiado la dinámica del mercado tras la modificación del esquema de acumulación de reservas.
La medida intenta darle señales al sistema financiero sobre la dirección estratégica del Gobierno en materia cambiaria y monetaria. El mensaje es claro: no habrá tolerancia con la sobreoferta de pesos y cada excedente será absorbido con los instrumentos disponibles. De no ser así, el riesgo de una nueva corrida cambiaria o de una presión inusitada sobre el dólar aumentaría exponencialmente.
Nuevos instrumentos y perspectivas
La licitación fuera del calendario habitual que se hizo este miércoles tuvo como objetivo ofrecer alternativas rápidas para canalizar la liquidez. Se emitieron cinco Lecaps de corto plazo —vencen entre el 31 de julio y el 30 de septiembre— más un Boncap con vencimiento al 17 de octubre.
La intención es ofrecer títulos atractivos para que los bancos puedan dejar de operar solo en caución y pasen a colocar sus fondos en instrumentos que, además de darles liquidez, ofrezcan un rendimiento superior. El gobierno busca ponerle un piso a las tasas, ya que la caución llegó al 16% el lunes, reflejando la gran cantidad de pesos disponibles en el sistema.
Los expertos señalan que la coordinación entre el Tesoro y el Banco Central es clave para que la estrategia funcione y no se generen desequilibrios mayores. El riesgo es que la sobreabundancia de pesos termine generando nuevos problemas cambiarios o dé lugar a la especulación en el corto plazo.
Desafíos pendientes y análisis de mercado
La gestión de la liquidez excesiva es el mayor desafío que enfrenta el equipo económico. Tras el desarme de las LEFI, el canal de transmisión monetario quedó parcialmente desactivado y el BCRA tuvo que improvisar nuevas vías para absorber los fondos, buscando no descuidar la estabilidad cambiaria ni la inflacionaria.
El impacto de estas medidas sobre la demanda de dólares es objeto de un seguimiento constante. Si la absorción de pesos logra su cometido, el tipo de cambio podría mantenerse dentro de parámetros razonables y el mercado local tendría margen para sostener la baja inflacionaria. De lo contrario, la presión sobre la moneda puede volver a emerger y obligar a nuevas intervenciones.
Los bancos, por su parte, mostraron intranquilidad ante la ausencia de herramientas para manejar la abundancia de pesos. Eso explica la sobre acumulación de reservas, que fue lo que llevó al Gobierno a ofrecer nuevas emisiones para que la liquidez no se disperse en el sistema ni termine fugándose hacia el dólar.
Todo indica que la expectativa de baja inflación permanece intacta, aunque con un alto costo para la política monetaria y el manejo cambiario. El BCRA demostró flexibilidad y respuesta rápida, pero el esquema todavía es frágil y cualquier relajamiento en la absorción de pesos puede revertir los logros obtenidos hasta ahora.
Palabras finales
La explicación de Caputo dejó en claro que la prioridad del Gobierno es no dejar sobrantes de pesos, para que el proceso de desinflación no se vea afectado. La absorción de liquidez, el regreso de los pases pasivos, la oferta de nuevos títulos y la intervención en el mercado de futuros son parte de un plan más amplio para retirar dinero del sistema financiero y bajar la presión sobre el tipo de cambio.
El éxito de la estrategia dependerá, en gran medida, de la capacidad de coordinación entre el Tesoro y el BCRA, así como de la respuesta de los bancos frente a los nuevos instrumentos ofrecidos. El margen es estrecho y cualquier desvío puede poner en riesgo el delicado equilibrio alcanzado entre liquidez, inflación y tipo de cambio.
F: gs (afp, efe, ap)