La agencia de calificación Moody’s anunció una mejora en la nota crediticia de Argentina como emisor a largo plazo, tanto en moneda local como extranjera, subiéndola de “Ca” a “Caa3”. Además, la perspectiva para el país pasó de “estable” a “positiva”. Según la calificadora, este avance refleja el impacto de los ajustes fiscales y monetarios impulsados por el gobierno, que están estabilizando las finanzas externas y reduciendo la probabilidad de un default.
Moody’s destacó que el cambio de política económica promovido por el gobierno de Javier Milei ha sido clave para comenzar a corregir los desequilibrios económicos. En su análisis, la agencia subrayó que el cierre de un acuerdo con el FMI, actualmente en negociación con una misión técnica, reforzaría aún más la posición de liquidez externa del país. Esto no solo aumentaría la confianza de inversores locales y extranjeros, sino que también facilitaría el acceso de Argentina a los mercados internacionales.
En cuanto al panorama general, Moody’s señaló que “la transición hacia políticas de mercado, la estabilización fiscal y monetaria, y la acumulación gradual de reservas internacionales han contribuido a aliviar las presiones sobre la balanza de pagos”. El informe también destacó que el soberano logró reducir su diferencial en el indicador EMBI por debajo de los 600 puntos básicos, lo que acerca al país a un retorno efectivo a los mercados internacionales de crédito.
La agencia atribuye parte de esta mejora a la mayor liquidez externa lograda por las políticas implementadas, como una amnistía fiscal que atrajo cerca de USD 20.000 millones (aproximadamente el 3% del PBI) en activos mantenidos en el extranjero. Estas medidas, junto con incentivos para captar más divisas, han permitido a las autoridades acumular reservas internacionales de manera paulatina, un paso fundamental para reforzar la sostenibilidad económica.
“El cambio contundente en las políticas económicas y fiscales ha revitalizado el dinamismo de los mercados crediticios y financieros locales. Además, el incremento de la confianza del sector privado está ayudando a reactivar la inversión, un factor clave para la recuperación económica”, indicaron desde Moody’s.
A pesar de este avance, la agencia advirtió sobre los riesgos que aún enfrenta Argentina. Entre ellos, mencionaron la dificultad de cubrir los próximos pagos de la deuda externa, especialmente en el contexto de la eventual eliminación de los controles de capital y cambiarios. Según Moody’s, un ajuste abrupto en el tipo de cambio podría generar un círculo vicioso de inflación y devaluación, afectando los logros alcanzados hasta ahora.
La agencia también alertó que un shock político o económico podría socavar la estabilidad macroeconómica y llevar a una nueva baja en la calificación. “La incapacidad de avanzar hacia una cuenta de capital más abierta y preservar la sostenibilidad de la balanza de pagos a largo plazo pondría en riesgo la nota crediticia del país”, añadieron.
Moody’s subrayó que el futuro de la calificación de Argentina está vinculado no solo a las políticas económicas, sino también al respaldo político del oficialismo. Un desempeño favorable del partido gobernante en las próximas elecciones legislativas podría fortalecer la capacidad del Gobierno para implementar reformas adicionales y mejorar aún más el perfil crediticio del país.
Por otro lado, el informe destaca que un aumento sostenido de las reservas internacionales, junto con mayores flujos de inversión extranjera directa, serían determinantes para que la agencia evalúe una nueva suba en la calificación. “Una transición ordenada hacia una mayor apertura de la cuenta de capital y la consolidación de un marco macroeconómico más estable sentarían las bases para futuras mejoras en la nota crediticia del país”, puntualizaron.
En contraste, la perspectiva podría volver a ser “estable” si en los próximos meses no se observan avances significativos en el reequilibrio de la balanza de pagos y la consolidación económica. Asimismo, la falta de medidas para abordar los desafíos estructurales, como la inflación y la volatilidad cambiaria, también pondría en riesgo las perspectivas de mejora.
Si bien Moody’s reconoce los progresos recientes, la agencia mantiene una postura cautelosa frente a los desafíos que persisten en el horizonte económico y político del país. Las reformas implementadas hasta ahora han sido suficientes para generar un cambio positivo en las expectativas de los mercados, pero el camino hacia una recuperación económica sostenible todavía depende de múltiples factores, incluidos el contexto internacional y la estabilidad política interna.