Una serie de incendios forestales fuera de control afecta a tres provincias del oeste canadiense, provocando la evacuación de decenas de miles de personas, la mayoría pertenecientes a comunidades indígenas del norte de Saskatchewan y Manitoba. Las autoridades siguen emitiendo alertas por la baja calidad del aire, especialmente en zonas remotas donde el fuego avanza sin pausa.
Este domingo se encontraban activos 146 focos de incendio distribuidos entre Columbia Británica (65), Alberta (52), Manitoba (15) y Saskatchewan (14), según el reporte oficial del Centro Interagencial de Incendios Forestales de Canadá (CIFFC, por sus siglas en inglés). La mayoría de estos fuegos se encuentran "fuera de control", impulsados por altas temperaturas, baja humedad y condiciones de viento que dificultan las tareas de contención.
En lo que va del año, Canadá ya sufrió 1.618 incendios forestales, los cuales devastaron cerca de 1,4 millones de hectáreas de bosques. El fenómeno se repite año tras año con mayor intensidad, algo que preocupa tanto a autoridades locales como a organismos ambientales.
Las provincias más afectadas por las evacuaciones son Saskatchewan y Manitoba, donde hasta este domingo más de 22.000 personas tuvieron que dejar sus hogares. Gran parte de estos desplazamientos ocurrieron en comunidades indígenas remotas, sin acceso inmediato a rutas pavimentadas o infraestructura crítica.
Una de las localidades más comprometidas es Timber Bay, a unos 270 kilómetros al norte de Saskatoon. Sus habitantes recibieron este domingo la orden de evacuación inmediata ante el avance de un incendio cercano que cruzó líneas de contención. Lo mismo ocurrió en Cranberry Portage y en la comunidad Mathias Colomb Cree Nation, donde la evacuación de sus últimos habitantes se concretaba al cierre de este informe.
En Alberta, la Agencia Provincial de Manejo de Emergencias informó que unas 4.500 personas ya fueron evacuadas, y que "centenares más" podrían recibir la orden en las próximas horas, a medida que las condiciones climáticas empeoran y los focos avanzan hacia áreas residenciales.
Uno de los mayores problemas actuales no es solo el avance del fuego sino la densa nube de humo que afecta la calidad del aire en vastas regiones del oeste canadiense. Este domingo, el Ministerio de Medio Ambiente extendió sus advertencias para toda la zona septentrional de Alberta, gran parte del norte de Saskatchewan y algunas regiones de Manitoba.
El caso más extremo se registró en la ciudad de Fort McMurray, donde residen 76.000 personas. Las autoridades advirtieron que respirar el aire en esa zona implica un "riesgo elevado para la salud", especialmente para personas con afecciones respiratorias, adultos mayores y niños. Se recomendó a la población permanecer en interiores, cerrar puertas y ventanas, y evitar cualquier tipo de actividad al aire libre.
El gobierno federal desplegó apoyo logístico y personal especializado para asistir en las evacuaciones, sobre todo en comunidades inaccesibles por vía terrestre. En varias zonas se utilizan helicópteros y embarcaciones para trasladar a los evacuados.
Las autoridades canadienses también informaron que están trabajando con líderes indígenas para coordinar el traslado de familias, muchas de las cuales ya enfrentaban vulnerabilidades previas al inicio de la crisis. En algunos casos, el desarraigo implica dejar atrás no solo sus casas sino también escuelas, centros de salud y animales de cría.
"Sabemos que este tipo de evacuaciones son particularmente duras para comunidades que están muy conectadas a su territorio y su modo de vida", expresó este domingo un vocero del Servicio Forestal de Canadá.
La preocupación crece porque el país recién ingresa al periodo más cálido del año, con pronósticos que indican temperaturas superiores a lo normal para junio y julio. Las condiciones meteorológicas actuales dificultan cualquier pronóstico optimista: se espera que el clima seco y los vientos sostenidos favorezcan nuevos focos durante las próximas semanas.
Expertos en meteorología ya anticipan que el oeste canadiense enfrentará una de las temporadas de incendios más complejas en la última década, con impactos que no solo comprometen la seguridad de los residentes, sino también la salud ambiental del país y el aire que respiran millones de personas.
El humo ya afecta incluso a zonas del centro de Canadá, y existe el riesgo de que las partículas viajen hasta el noreste de Estados Unidos si no se logra contener la situación en los próximos días.
Las autoridades insisten en que cualquier persona que reciba una alerta de evacuación abandone la zona de inmediato. También recomiendan tener listas mochilas de emergencia con agua, alimentos, medicamentos y documentación.
A su vez, se reiteró la prohibición de realizar quemas al aire libre, incluso en zonas donde todavía no se registraron focos activos. La situación, según remarcan desde el CIFFC, podría volverse aún más peligrosa si no se logra una reducción en el número de focos activos antes de fin de mes.
F: gs (globalnews)