El vínculo entre Donald Trump y Elon Musk terminó por romperse de forma estruendosa, y el cruce dejó expuesta una disputa cargada de amenazas, revelaciones incendiarias y un fuerte impacto económico. La ruptura, que hasta hace poco parecía improbable, estalló tras las críticas del empresario al plan fiscal del republicano y derivó en represalias abiertas desde la Casa Blanca.
Desde su red Truth Social, el presidente norteamericano anunció que cortará todos los vínculos contractuales entre el Estado y las empresas dirigidas por Musk. "La forma más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon", publicó Trump, al tiempo que calificó al empresario de estar "fuera de sus cabales" por su rechazo a los recortes al financiamiento de vehículos eléctricos.
En respuesta, Musk no tardó en contraatacar a través de su plataforma X. "SpaceX empezará a desmantelar inmediatamente su nave espacial Dragon", escribió, haciendo referencia al vehículo utilizado por la NASA para trasladar astronautas a la Estación Espacial Internacional. La reacción encendió todas las alarmas en Wall Street, donde las acciones de Tesla se desplomaron un 14,26 %, borrando miles de millones de dólares en valor bursátil.
La disputa no es menor si se tiene en cuenta el peso que tienen las firmas de Musk en la estructura estatal norteamericana. Solo SpaceX mantiene contratos por 5.900 millones de dólares con la Fuerza Espacial para misiones programadas en los próximos cinco años. Starlink, por su parte, está involucrada en el suministro de comunicaciones seguras al Pentágono y agencias de inteligencia, además de brindar servicios estratégicos a las fuerzas ucranianas.
Musk, que todavía es el hombre más rico del mundo, cargó duramente contra el mandatario mientras este brindaba una conferencia junto al jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, en la Casa Blanca. "Estoy muy decepcionado porque Elon conocía los entresijos de este proyecto de ley mejor que casi cualquiera de los que están sentados aquí. De repente le encuentra un problema", replicó Trump en vivo.
Todo comenzó con el rechazo de Musk al plan aprobado por la Cámara Baja que avanza ahora hacia el Senado. Lo calificó como una "abominación repugnante" y aseguró que incrementará la deuda pública. También cuestionó a los legisladores republicanos que lo respaldaron, acusándolos de cometer un error estratégico grave.
En ese marco, el CEO de Tesla fue más allá al sugerir que el triunfo electoral de Trump en 2024 no habría sido posible sin su respaldo. La escalada tomó un giro aún más oscuro cuando Musk decidió involucrar el nombre del mandatario en una de las causas más sensibles de los últimos años: el caso Epstein.
El empresario no dejó lugar a interpretaciones. Respondió a una publicación del activista Ian Miles Cheong con un simple pero contundente “Sí”, al ser consultado sobre la posibilidad de destituir al presidente. Luego soltó una acusación directa: "Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos". El mensaje, que se viralizó en cuestión de minutos, reactivó una polémica que sigue generando sospechas en los círculos de poder de Washington.
Jeffrey Epstein, millonario acusado de tráfico sexual, murió en prisión en 2019 antes de enfrentar juicio. Su entorno, repleto de conexiones con figuras de renombre, sigue siendo objeto de pedidos para que el Departamento de Justicia difunda los nombres de todos los vinculados a su red. La figura central en esa trama es Ghislaine Maxwell, condenada a 20 años por facilitar menores para abusos.
La semana pasada, Musk abandonó su cargo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo clave en la estructura del Ejecutivo de Trump. En ese momento, ambos intentaron mostrar una salida coordinada, incluso sonriente. Pero este jueves, la versión cambió por completo. "Elon se estaba desgastando. Le pedí que se fuera, le quité su Mandato de Vehículos Eléctricos que obligaba a todos a comprar autos que nadie más quería, ¡y simplemente se volvió LOCO!", lanzó el mandatario en redes.
La tensión aumentó tras una nota del New York Times, que reveló que Musk habría consumido ketamina, éxtasis y hongos durante la última campaña electoral. Aunque el empresario no respondió directamente a esa publicación, el contexto sugiere que la relación entre ambos llegó a un punto de no retorno.
F: gs (cnn)