WASHINGTON: Tras décadas de guerra y recelo en el Cáucaso, ambos países formalizaron ante Trump un pacto que cierra el conflicto por Nagorno Karabaj y abre un nuevo capítulo económico y diplomático.
El viernes, los presidentes Ilham Aliyev (Azerbaiyán) y Nikol Pashinyan (Armenia) estamparon sus firmas, bajo la mediación del presidente estadounidense Donald Trump, en un acuerdo que apunta a la paz definitiva tras 35 años de enfrentamientos por el control de la región de Nagorno Karabaj. El escenario elegido fue el Comedor de Estado de la Casa Blanca, donde los líderes se estrecharon la mano y celebraron la superación de un conflicto que desangró al Cáucaso y que desplazó a decenas de miles de personas.
El punto central del acuerdo contempla el compromiso mutuo de cesar los combates, establecer relaciones diplomáticas plenas y respetar la integridad territorial de ambos países. Además, Estados Unidos obtiene derechos exclusivos sobre el desarrollo de un corredor estratégico de tránsito, que atravesará Armenia y unirá Azerbaiyán con su enclave de Nakhicheván. Este corredor, bautizado como “Trump Route for International Peace and Prosperity”, será vital para el comercio energético y digital de la zona, y representa un fuerte golpe a la influencia rusa.
Trump, en tono solemne, sostuvo: “Lucharon durante mucho tiempo. Ahora son amigos y lo serán por mucho tiempo”, mientras los mandatarios caucásicos elogiaron la gestión estadounidense y anticiparon que nominarán a Trump para el Nobel de la Paz. Aliyev definió la jornada como “milagrosa”, y Pashinyan celebró el “compromiso personal” del estadounidense para “terminar con décadas de conflicto”. Trump respondió agradeciendo la postulación y criticando la falta de esfuerzos de su antecesor para encaminar este proceso.
En 2023, Azerbaiyán recuperó Nagorno Karabaj y desató el éxodo de casi 100.000 armenios étnicos hacia Armenia. La presente paz incluye además la promesa de futuras inversiones en energía, tecnología e inteligencia artificial, y el levantamiento de restricciones a la cooperación militar estadounidense con Bakú.
El acuerdo implica también que Armenia avance con reformas constitucionales hasta 2027, en línea con la renuncia oficial a cualquier pretensión territorial sobre Karabaj, un punto que aún genera heridas abiertas en la sociedad armenia.
Esta firma cambia la lógica de poder en la región y pone en jaque el predominio ruso e iraní, ya que Moscú ve a las exrepúblicas soviéticas del Cáucaso como parte de su área de control. Mientras tanto, Irán ya anunció que bloqueará cualquier corredor fronterizo que impulse intereses externos.
La comunidad internacional celebró la noticia. La Unión Europea, la ONU y líderes regionales hablaron de “una nueva era” para el Cáucaso, esperando un tiempo de estabilidad tras décadas de violencia.
F: gs (afp, reuters, ap, dw, cnn, bbc, economist, lanacion, time)