Washington: Trump endurece su postura contra Moscú en plena escalada del conflicto, y articula junto a la OTAN un nuevo envío de armas a Kiev para reforzar su capacidad defensiva.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que en un plazo de cincuenta días podría imponer aranceles del 100 por ciento a productos procedentes de Rusia si no se alcanza una salida negociada para el conflicto en Ucrania. La declaración tuvo lugar durante un encuentro con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la Casa Blanca, donde también se confirmaron nuevos acuerdos de cooperación militar entre Washington y los países europeos aliados.
Trump expresó su frustración por la falta de avances diplomáticos con Moscú, señalando que “estamos muy descontentos” por la negativa del presidente ruso, Vladimir Putin, de detener los ataques en territorio ucraniano. “Vamos a aplicar aranceles muy duros si no llegamos a un acuerdo en 50 días, aranceles de aproximadamente el 100 por ciento”, remarcó el mandatario frente a periodistas. Agregó además que se tratará de aranceles secundarios, es decir, que alcanzarán no sólo a Rusia sino también a países y compañías que continúen negociando con ella, particularmente en el rubro energético.
Desde el Ejecutivo estadounidense se indicó que estas medidas tendrían el objetivo de afectar directamente las exportaciones de hidrocarburos rusos, principal fuente de divisas del Kremlin. En paralelo, se anunció un nuevo paquete de ayuda para Ucrania, canalizado a través de la OTAN, que incluirá equipamiento militar pesado fabricado por empresas estadounidenses pero financiado por países europeos.
“No pagaremos nada”, indicó Trump. “Estados Unidos fabricará los sistemas, pero quien paga es la OTAN. Ellos enviarán el material a Ucrania”. Rutte confirmó que la alianza comprará grandes cantidades de misiles, sistemas de defensa aérea y otras unidades tácticas, y que países como Alemania, Finlandia, Suecia, Noruega, Reino Unido y Canadá ya comprometieron fondos para la primera entrega.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, conversó telefónicamente con Trump tras conocerse la decisión. “Gracias por la voluntad de apoyar a Ucrania para lograr una paz justa”, escribió en su cuenta oficial, y subrayó la importancia de fortalecer la capacidad de defensa para proteger a la población civil. Durante la conversación, también instó a recortar todos los canales de financiamiento militar de Rusia, solicitando que se interrumpa el suministro internacional de componentes que podrían ser utilizados en la elaboración de armamento.
Desde el Kremlin aún no hubo pronunciamientos oficiales de peso sobre la advertencia estadounidense, aunque en días anteriores la vocera del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, había rechazado las críticas a su representante en negociaciones con Kiev, defendiendo la validez del enfoque histórico que Rusia adopta sobre el conflicto. Por su parte, el vocero Dmitri Peskov reconoció que los envíos de armas desde Estados Unidos “siguen en curso”, aunque ahora con financiamiento europeo.
Desde Europa, la jefa de política exterior, Kaja Kallas, consideró que el ultimátum es una medida positiva, aunque advirtió que “50 días es demasiado tiempo” atendiendo al número creciente de víctimas civiles. En ese mismo sentido, distintas autoridades ucranianas recalcaron la necesidad de que la ayuda internacional se traduzca en acciones y suministros concretos con mayor celeridad.
La situación en el frente continúa siendo adversa para el ejército ucraniano. En las últimas horas, las fuerzas rusas reportaron avances en algunas posiciones de las regiones de Donetsk y Zaporiyia. Además, se confirmaron ataques letales en zonas urbanas del noreste del país, incluyendo Járkov y Sumy, donde murieron al menos tres civiles. Moscú mantiene una frecuencia creciente de ataques mediante drones, con apoyo de una industria armamentista que opera en régimen de máxima capacidad.
En paralelo, Zelenski propuso a la actual ministra de Economía, Yulia Sviridenko, como jefa de gabinete en reemplazo del primer ministro Denís Shmigal. La decisión apunta a reforzar la conducción interna del aparato estatal con un enfoque más económico y productivo ante una guerra de largo aliento. La agenda de Sviridenko contempla el incremento de la manufactura nacional de armamento, la ampliación de planes sociales y el estímulo a una economía que aún opera en condiciones de emergencia.
Desde el frente, soldados ucranianos celebraron la llegada de nuevo material militar occidental, en particular los sistemas Patriot de defensa aérea. “Más vale tarde que nunca”, expresó un combatiente destacado en el este del país. Según los testimonios recogidos, la expectativa es que el refuerzo armamentístico permita reducir la vulnerabilidad de las ciudades ucranianas, así como garantizar una mejor protección a las familias de los soldados que permanecen en la línea de contacto.
F: gs (afp, efe, ap)