En un contexto de competencia feroz por el dominio del mercado de vehículos eléctricos, uno de los pilares industriales más importantes de China enfrenta una crisis que pone en jaque la viabilidad de numerosas empresas.
La guerra de precios desatada entre gigantes del sector, como BYD y Tesla, está generando consecuencias colaterales en pequeñas y medianas compañías que no logran sostener sus márgenes en un escenario cada vez más agresivo.
China logró consolidarse como el mayor mercado mundial de autos eléctricos, superando incluso a Estados Unidos. La expansión fue sostenida por políticas de subsidios estatales, estímulo al consumo y una apuesta estratégica del Gobierno chino por convertir a esta industria en un eje central del crecimiento tecnológico y económico. Sin embargo, el avance de los grandes jugadores del sector está dejando fuera de competencia a muchas firmas nacionales.
La automotriz BYD, referente absoluto en el rubro, reportó en 2024 la venta de 4,27 millones de unidades, un salto del 30% frente al año anterior. Sus números la ubican a la par de Tesla, el otro gran contendiente en el negocio global. Pero el éxito de BYD, cimentado en una fuerte reducción de precios para ampliar su cuota de mercado, encendió las alarmas dentro del propio ecosistema industrial chino.
Mientras las grandes automotrices pueden soportar los descuentos con respaldo financiero y economías de escala, el resto del entramado productivo —compuesto por proveedores, autopartistas y fabricantes de menor escala— empieza a sentir el golpe.
El propio presidente de Great Wall Motor, Wei Jianjun, expresó con crudeza la tensión que atraviesa el sector: "Si las cosas siguen así, todos iremos a la quiebra a finales de año", declaró ante medios locales. La frase sintetiza la incertidumbre que golpea a buena parte de la industria automotriz, que no puede competir en la carrera por precios más bajos.
Este panorama no solo compromete a fabricantes, sino también a una amplia red de proveedores y talleres que dependen del volumen de producción. En un entorno donde cada unidad vendida genera un beneficio mínimo o incluso pérdida, muchas empresas no logran sobrevivir.
Durante años, el Gobierno chino impulsó con fuerza el desarrollo del sector eléctrico, inyectando subsidios, facilitando el acceso a créditos y ofreciendo ventajas fiscales. Esta estrategia permitió a las empresas locales crecer y ganar terreno frente a las firmas extranjeras, incluso en mercados fuera de Asia.
Sin embargo, la política de precios bajos sostenida artificialmente, lejos de fortalecer al conjunto del sector, acentuó la concentración: solo las compañías con mayor espalda financiera pueden aguantar este esquema. Las más chicas, mientras tanto, enfrentan el riesgo inminente de cierre.
La lógica de reducir el precio para expandir participación funcionó como arma efectiva en el corto plazo. Pero si la dinámica se sostiene sin ajustes, el ecosistema automotor podría colapsar desde abajo, dejando en pie solo a un puñado de empresas.
El impacto de esta crisis también se observa fuera de China. En Europa y América Latina, por ejemplo, la presencia creciente de vehículos chinos a precios muy competitivos desafía a las marcas tradicionales, que no pueden igualar los costos sin comprometer calidad o rentabilidad.
La estrategia de Beijing permitió que las automotrices nacionales ganen terreno en múltiples mercados, pero la saturación interna del mercado chino obliga a exportar más, lo que acentúa la presión internacional y genera tensiones comerciales con distintos países.
El caso chino plantea un dilema estructural para el modelo de negocio del vehículo eléctrico. Si bien el avance tecnológico permitió una fuerte expansión, la sostenibilidad financiera del sistema empieza a mostrar grietas.
La apuesta por volumen, sin márgenes razonables, lleva a un punto donde incluso los gigantes podrían verse forzados a revisar su estrategia. En paralelo, el resto de la cadena queda a merced de decisiones que no puede controlar.
Empresarios, economistas y analistas coinciden en que se requiere una redefinición del modelo industrial del auto eléctrico en China. Si no se corrige el rumbo, el país podría sufrir una ola de cierres masivos en uno de sus sectores más prometedores.
F: gs (varios)