Washington: El magnate tecnológico expresó arrepentimiento por algunas publicaciones contra el presidente estadounidense, aunque no se retractó completamente de sus cuestionamientos.
El empresario Elon Musk moderó este miércoles el tono de sus críticas hacia el presidente Donald Trump, expresando arrepentimiento por algunas de las publicaciones que difundió en redes sociales contra quien había sido uno de sus principales aliados políticos desde su llegada a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
"Lamento algunas de mis publicaciones sobre el presidente Donald Trump de la semana pasada. Fueron demasiado lejos", indicó Musk en la red social X, bajando el nivel de sus expresiones pero sin retractarse completamente de sus cuestionamientos al mandatario republicano.
El punto más álgido del conflicto entre ambos magnates se produjo cuando Musk publicó acusaciones vinculando a Trump con el financiero Jeffrey Epstein, quien se suicidó en prisión en 2019 tras ser acusado de delitos sexuales. "Hora de lanzar la verdadera gran bomba: Trump está en el expediente Epstein", había escrito el dueño de Tesla en lo que constituyó su ataque más directo.
El empresario sudafricano agregó en ese momento que "esta es la verdadera razón por la cual no se han hecho públicos" los documentos relacionados con el caso Epstein. Sin embargo, Musk no reveló evidencia concreta de sus acusaciones y posteriormente borró estos posteos durante el fin de semana.
Paralelamente al cambio de tono de Musk, el presidente Trump dio señales de estar dispuesto a una eventual reconciliación con quien fuera su principal donante en la campaña electoral de 2024. Consultado sobre la posibilidad de mantener una conversación con Musk, Trump respondió: "Supongo que podría, pero tenemos que enderezar el país".
El mandatario estadounidense expresó desconcierto por la actitud de su exaliado: "No sé cuál es el problema de Elon Musk, la verdad. No lo sé. No he pensado mucho en él últimamente".
La disputa entre ambos magnates se desencadenó por las críticas de Musk al plan fiscal y presupuestario de Trump, aprobado por la Cámara de Representantes. El empresario calificó de "abominación repugnante" dicho plan, que según la Oficina Presupuestaria del Congreso sumará 2,4 billones de dólares a la deuda nacional en la próxima década.
Trump expresó su decepción por la postura de Musk: "Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si seguirá así. Me sorprendió. Estoy muy decepcionado porque Elon sabía los pormenores del proyecto de ley mejor que nadie".
La escalada verbal llevó a Trump a amenazar con cancelar los contratos gubernamentales de las empresas de Musk. "La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon", señaló el presidente.
SpaceX, la empresa espacial de Musk, mantiene contratos millonarios con el gobierno estadounidense, incluyendo uno de 5.900 millones de dólares con la Fuerza Espacial para lanzamiento de satélites y otro de 2.890 millones con la NASA para desarrollar la nave lunar Starship.
Musk se adelantó a las amenazas presidenciales anunciando su decisión de desmantelar su aeronave Dragon, de la cual Estados Unidos depende para transportar personal y objetos hacia la Estación Espacial Internacional. El magnate acusó de ingrato a Trump y consideró que sin su apoyo habría perdido las elecciones de 2024, campaña para la cual aportó aproximadamente 250 millones de dólares.
Por su parte, Trump ofreció una versión diferente de los hechos: "Elon se estaba desgastando, le pedí que se fuera, le quité su Mandato de Vehículos Eléctricos y simplemente se volvió loco".
El conflicto se intensificó cuando el ultraderechista Steve Bannon, exasesor de Trump, pidió deportar a Musk y confiscar SpaceX, cuestionando su estatus migratorio a pesar de poseer nacionalidades sudafricana, canadiense y estadounidense.