En el círculo íntimo de Karina Milei y Santiago Caputo ya aseguran que el candidato está elegido. No tiene historial partidario, es joven, varón y, sobre todo, es lo que en la jerga libertaria llaman “exactamente lo contrario a la señora”. La Casa Rosada perfila a un outsider puro para disputar la tercera sección electoral bonaerense, donde Cristina Kirchner anunció que competirá por una banca en las próximas elecciones legislativas.
El concepto se repite como mantra en las oficinas del oficialismo. Mientras la expresidenta vuelve a su bastión histórico en el conurbano sur, el Gobierno busca una figura disruptiva, sin pasado político, que encarne los postulados libertarios en su forma más cruda. “Tiene que ser alguien como Adorni”, deslizaron en los pasillos de Balcarce 50, en referencia al vocero presidencial, quien también proviene del universo mediático y digital.
Entre los nombres que circularon en las últimas horas están Iñaki Gutiérrez, el tiktoker de Las Fuerzas del Cielo; Nahuel Sotelo, secretario de Culto, con fuerte presencia en Quilmes; Leila Gianni, exfuncionaria del ministerio de Capital Humano, con actividad militante en La Matanza; y el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Agustín Romo. También se mencionó al streamer libertario Daniel Parisini, más conocido como “el Gordo Dan”, aunque esta posibilidad fue desmentida desde Casa Rosada.
La decisión, sostienen cerca del asesor Santiago Caputo, responde a tres criterios clave: identidad partidaria, juventud y ajenidad a la política tradicional. La orden es evitar candidatos del PRO, incluso cuando nombres como Diego Santilli fueron evaluados. “No queremos tibios ni aliados circunstanciales, queremos libertarios puros”, remarcaron desde el entorno presidencial.
En ese contexto, el protagonismo quedó en manos de Las Fuerzas del Cielo, la agrupación de Caputo que nuclea a militantes de redes y cuadros emergentes del espacio. Estos perfiles, altamente activos en plataformas digitales, concentran hoy la atención del oficialismo como posibles adversarios de Cristina en un territorio clave, que concentra el 40% del padrón provincial.
El operativo electoral será liderado directamente por el presidente Javier Milei, quien ya anunció que se involucrará personalmente en la estrategia para Buenos Aires. El 26 de junio, tras su regreso de Roma y el Vaticano, encabezará el postergado Congreso de la Libertad, que servirá como plataforma para ordenar candidaturas y definir territorios.
El calendario electoral marca el 19 de julio como fecha límite para la presentación de listas, por lo que se espera que ese evento funcione como antesala del lanzamiento oficial del candidato que enfrentará a la expresidenta.
La decisión de Cristina Kirchner de competir en la tercera sección electoral reconfiguró las prioridades del oficialismo. Se trata de la región donde el kirchnerismo conserva su núcleo más sólido: distritos como La Matanza, Avellaneda, Lomas de Zamora o Quilmes, todos con fuerte peso simbólico y electoral para el peronismo.
Para Caputo, confrontar con el kirchnerismo resulta estratégicamente más útil que medirse con el PRO, tanto para fidelizar al núcleo libertario como para polarizar con claridad. Según reconocieron en LLA, este razonamiento inclinó la balanza hacia figuras que no solo representen el ideario mileísta, sino que puedan interpelar al votante independiente y captar rechazo a Cristina.
Aunque el nombre del diputado nacional José Luis Espert apareció como opción, su entorno insiste en que competirá en el tramo nacional. Sin embargo, en el Gobierno no descartan un movimiento táctico para empujarlo hacia la contienda bonaerense, tal como ocurrió con Adorni, quien debió ceder aspiraciones nacionales para encabezar en la Legislatura porteña. “José Luis va a apostar a su relación con Javier para defender su lugar”, dijeron en el entorno libertario.
Por ahora, el hermetismo se mantiene, pero todo indica que la definición será inminente. En una elección donde Cristina vuelve a competir en su terreno más fértil, el oficialismo quiere un rival hecho a su medida: sin historia, sin estructura, pero con visibilidad digital y mensaje de choque.