Washington: Tras intensas negociaciones globales, la Casa Blanca dispuso la entrada en vigor de nuevos aranceles para la mayoría de los países recién en una semana y no este viernes, ofreciendo una breve ventana de negociación a los socios comerciales.
El presidente Donald Trump confirmó que estos nuevos gravámenes buscan fortalecer la posición de los exportadores estadounidenses e incentivar la manufactura nacional mediante la restricción de importaciones foráneas. Sin embargo, persisten las preocupaciones respecto a un posible incremento de la inflación y el impacto social y económico en el propio territorio estadounidense.
Según el último decreto ejecutivo firmado por Trump, los nuevos aranceles escalan hasta un 41% según el país involucrado, reemplazando el esquema previo del 10% implementado en abril. El documento especifica que cualquier mercancía reexportada a través de terceros países para eludir los aranceles estadounidenses será penalizada con un gravamen adicional del 40%, una medida que apunta a cerrar cualquier resquicio en el sistema aduanero. Para el caso particular de Canadá, el arancel ascendió del 25% al 35%, con vigencia directa desde este viernes, amparado en disputas por el control de drogas ilícitas y la respuesta de Ottawa a las iniciativas comerciales estadounidenses.
El mandatario había advertido consecuencias para Canadá tras el anuncio del primer ministro Mark Carney de reconocer a un Estado palestino en la ONU este septiembre. La administración estadounidense argumentó además una “falta de cooperación” de Canadá frente al tráfico de fentanilo. Carney calificó el aumento del gravamen como “decepcionante” y remarcó los esfuerzos de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico y el refuerzo de la seguridad fronteriza.
En cuanto a México, la Casa Blanca extendió por 90 días cualquier incremento arancelario superior al 25% tras conversar con la presidenta Claudia Sheinbaum, permitiendo continuar las exenciones para productos amparados por el tratado comercial de América del Norte. Esta decisión reconfirma la relevancia estratégica de México para Washington y el delicado equilibrio en la región.
El nuevo esquema también afecta a otras economías: Brasil enfrenta un 50% de aranceles, India un 25%, Suiza un 39% y Taiwán, que logró un ajuste, del 20%. Países como Camboya y Tailandia asegurarán tarifas más bajas de las inicialmente establecidas, ubicándose en el 19%. Gran Bretaña y la Unión Europea negociaron condiciones propias, evitando tarifas “recíprocas” más gravosas.
La situación con China permanece particularmente sensible. Beijing quedó excluida temporalmente de la nueva ola, dado que la fecha límite para renovar cualquier acuerdo es el 12 de agosto, cuando podrían restablecerse tarifas más elevadas si no se alcanza una prórroga. Actualmente, ambos países mantienen una “tregua aduanera” con tarifas reducidas al 10% por 90 días, a la espera de eventuales avances diplomáticos.
A pesar de la postura optimista de la administración estadounidense al anunciar un incremento en los ingresos aduaneros, economistas y analistas alertan por el posible traslado de estos costos al consumidor final y por los riesgos en la cadena global de suministros. Quienes avalan la medida sostienen que el impacto será puntual, aunque en el sector privado se demanda mayor información para evaluar efectos sostenidos.
Finalmente, las nuevas disposiciones de la Casa Blanca han generado preocupación en el ámbito internacional. Gobiernos como el de China advirtieron que el proteccionismo daña a todas las partes involucradas, mientras que diversos líderes europeos y asiáticos continúan dialogando para evitar un escalamiento mayor.
F: gs (ANSA, AP, Reuters, CNN, BBC, DW, White House, AFP, EFE)