BRASILIA: La Corte Suprema ordenó que el ex presidente Bolsonaro permanezca bajo arresto domiciliario con tobillera electrónica, en el marco del juicio por intento de golpe de Estado.
El Superior Tribunal de Justicia impuso a Jair Bolsonaro la obligación de llevar una tobillera electrónica y cumplir detención domiciliaria, acusándolo de conspirar para evitar la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva en enero de 2023. La situación encuentra similitudes en el plano procesal con la que atravesó Cristina Fernández de Kirchner, aunque los expedientes judiciales sean diferentes.
Entre las restricciones más marcadas, se le impide salir de su casa durante la noche y los fines de semana, utilizar redes sociales, comunicarse con su hijo Eduardo, acercarse a embajadas y mantener contacto con otros imputados en la causa. Se mantiene la retención de su pasaporte y una estricta limitación de sus movimientos y comunicaciones.
El operativo tuvo lugar en la mañana del viernes, cuando la Policía Federal allanó su residencia en Brasilia y oficinas vinculadas al Partido Liberal. Durante la requisa, se incautó una memoria USB oculta en el baño; el dispositivo fue derivado para su análisis por peritos forenses.
La acusación presentada incluye cinco cargos, con delitos como intento de golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derecho, que podrían derivar en hasta 40 años de prisión. La defensa de Bolsonaro calificó las medidas como "severas" y adelantó que presentarán un descargo formal al conocer los fundamentos completos del fallo. El ex mandatario, al ser consultado por la prensa, habló de "una suprema humillación", repitiendo que no conspiró contra la democracia ni intentó huir.
Las repercusiones en el ámbito político no se hicieron esperar. Sus hijos, Eduardo y Flávio, utilizaron redes sociales para cuestionar la decisión y repudiar la prohibición de comunicarse entre padre e hijo, tildando la medida de "arbitraria". Desde el exterior, Eduardo Bolsonaro vinculó el avance judicial con las recientes gestiones ante Donald Trump, quien tildó el proceso como una "caza de brujas". Se sumaron cruces diplomáticos y la amenaza de nuevos aranceles estadounidenses sobre productos brasileños, lo que motivó que los allegados del ex presidente busquen impulsar un pedido de amnistía en el Congreso.
Las nuevas diligencias judiciales y los operativos forman parte de una investigación por coacción, obstrucción y atentados a la soberanía institucional. Bolsonaro permanece con vigilancia electrónica y fuerte restricción de sus movimientos mientras la Corte define el futuro de la causa, lo que podría resolverse en los próximos meses.
Fuentes: F: gs (afp, efe, ap)