BRASILIA: Lula da Silva habilita posible diálogo, pero sólo bajo condiciones de trato recíproco entre Estados Unidos y Brasil. El mandatario remarcó sus exigencias para avanzar en las negociaciones.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que está abierto a entablar negociaciones comerciales con Donald Trump, aunque impuso una condición clave: Brasil debe ser tratado como un par por Estados Unidos. La declaración se conoció durante un encuentro del Partido de los Trabajadores en Brasilia, en medio de un clima tenso generado por los aranceles del 50% recientemente impuestos por Trump sobre los productos brasileños.
Lula fue tajante al manifestar: “Queremos negociar en igualdad de condiciones”, advirtiendo que su país no cederá a presiones políticas externas. En diálogo con la prensa, insistió en que la defensa de los trabajadores y empresas nacionales será central en cualquier eventual acuerdo. “Nuestras propuestas están sobre la mesa y Brasil está dispuesto a conversar cuando EE.UU. comprenda que la negociación debe ser equitativa”, subrayó.
La controversia se profundizó en julio, cuando Trump ubicó a Brasil en el centro de su política comercial, condicionando una retirada de los aranceles a que el Supremo brasileño suspenda el proceso judicial sobre el ex presidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado. Lula, consultado sobre esa presión, sostuvo que no está dispuesto a sacrificar la soberanía judicial y política del país por acuerdos comerciales.
El mandatario brasileño recalcó además que Brasil no busca un enfrentamiento con Washington, pero se niega a que se lo trate como una “republiqueta”. “Estados Unidos es la mayor potencia mundial, pero Brasil también merece ser reconocido por su dimensión. Si no se reconoce nuestra importancia, no habrá avances”, dijo Lula, anticipando que su gabinete ya presentó propuestas económicas formales, a cargo del vicepresidente Geraldo Alckmin y el canciller Mauro Vieira.
Por último, Lula defendió la idea de desarrollar monedas alternativas para el comercio internacional, buscando reducir la dependencia del dólar y ampliando el margen para la diplomacia económica de Brasil. Mientras tanto, EE.UU. postergó parte de las subas arancelarias, incorporando algunas exenciones, pero mantuvo las sanciones sobre el juez Alexandre de Moraes, responsable del caso Bolsonaro. El gobierno brasileño se prepara para proteger a las empresas afectadas y sigue abierto al diálogo, siempre y cuando se respete la igualdad de trato.