Vaticano: Legisladores de Washington avanzan con una propuesta para evitar que el Papa Leo XIV, nacido en Chicago, deba renunciar a su ciudadanía estadounidense y quede exento de pagar impuestos federales, algo que no tiene antecedentes recientes.
Por primera vez en la historia moderna de la Iglesia Católica, la designación de un Papa norteamericano genera un dilema fiscal que desafía la normativa de Estados Unidos. El Congreso discute una ley destinada a eximir al Papa Leo XIV del pago de impuestos y resguardar su pasaporte estadounidense, a pesar de ser jefe de un Estado extranjero. La iniciativa fue presentada por Jeff Hurd, representante republicano de Colorado, con el apoyo de otros legisladores de su bancada.
La legislación estadounidense estipula que los ciudadanos deben tributar aunque no residan en el país, siendo la renuncia a la ciudadanía la única vía de excepción. La propuesta “Holy Sovereignty Protection Act (H.R. 4501)” procura que quien sea elegido Papa conserve su ciudadanía y no esté sometido a obligaciones fiscales mientras dure su pontificado.
El trasfondo del proyecto radica en la naturaleza única del cargo. El Papa, actualmente Robert Francis Prevost, administra recursos, recibe donaciones y ejerce como jefe de Estado del Vaticano. Las regulaciones fiscales podrían obligarlo a tributar por beneficios en especie y otras retribuciones obtenidas en su función, aunque no se trate de un salario convencional. Además, podría quedar expuesto a la declaración de cuentas extranjeras y gravámenes sobre activos ajenos a un ingreso personal directo.
La designación de Leo XIV dejó al descubierto que no existían antecedente alguno de un pontífice estadounidense, lo que implica un vacío legal. Los legisladores sostienen que, si no se aprueba esta excepción, surgiría un conflicto internacional por la doble jurisdicción y las responsabilidades que la Iglesia reconoce al Sumo Pontífice. Por el momento, la Iglesia Católica optó por no emitir declaraciones públicas.
El proyecto tiene como objetivo “proteger la naturaleza extraordinaria del papado; un cargo en la intersección de la fe, el liderazgo y la responsabilidad global”. La propuesta ya fue enviada a la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, donde cuenta con respaldo de otros miembros republicanos. En caso de ser aprobada, el Papa mantendría la ciudadanía estadounidense sin renunciar ni afrontar cargas impositivas derivadas de sus funciones religiosas y estatales.
Esta situación resulta inédita si se compara con pontífices de otras nacionalidades como argentina, alemana o polaca, quienes no enfrentaron exigencias impositivas similares de sus países de origen. Estos países aplican criterios de residencia y no de ciudadanía, a diferencia de Estados Unidos. Por esto, la iniciativa es vista como necesaria para evitar conflictos legales y políticos en el futuro.
La discusión podría influir en el debate sobre el alcance de la tributación basada en ciudadanía, un esquema vigente en Estados Unidos que a menudo recibe cuestionamientos por su rigidez. El Congreso apunta a resolver el tema con celeridad y evitar futuros conflictos internacionales derivados de este caso particular.
Fuentes mencionadas: F: gs (cna, wsj, quiverquant, pillar, lavocedinewyork, ncregister, catholicworldreport, forbes, washingtonpost)