El crecimiento económico global enfrenta un obstaculo debido a la incertidumbre comercial y los conflictos geopolíticos, según un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El Producto Interno Bruto (PIB) mundial crecerá un 3.1% en 2025, una cifra inferior a lo previsto, y se espera que esta tendencia continúe hasta 2026, cuando el crecimiento podría reducirse a 3%.
El informe, titulado “Interim Economic Outlook”, advierte que la fragmentación de la economía global y el aumento de las barreras comerciales son los principales factores detrás de esta desaceleración. Además, estas tensiones podrían generar presiones inflacionarias y llevar a una política monetaria más restrictiva, lo que afectaría aún más los precios y el crecimiento.
Estados Unidos, la economía más grande del mundo, verá un crecimiento de 2.2% en 2025, por debajo del 2.8% registrado en 2024. Este ajuste refleja los efectos de los cambios en las políticas comerciales del país, que han provocado un aumento significativo de las importaciones de mercancías en enero.
En Europa, la situación también es preocupante. Aunque España se destaca como la economía más dinámica entre las avanzadas, con un crecimiento esperado de 2.6%, su impacto en el PIB de la Unión Europea será limitado. La región en su conjunto crecerá solo 1% este año.
Alemania y Francia, las dos mayores economías de la Zona Euro, tendrán un desempeño modesto, con crecimientos de 0.4% y 0.8%, respectivamente. Estas cifras representan revisiones a la baja respecto a las previsiones anteriores.
El informe de la OCDE, que se actualiza en marzo, mayo, septiembre y diciembre, subraya que las proyecciones actuales solo incluyen el impacto de los aranceles aplicados por Estados Unidos a Canadá, México y China. Sin embargo, advierte que la persistencia de la incertidumbre geopolítica y la posible implementación de nuevas medidas comerciales podrían agravar la situación.
“El aumento de las barreras comerciales no solo afectará el crecimiento global, sino que también alimentará la inflación y podría llevar a una política monetaria más restrictiva, lo que generaría nuevas disrupciones en los precios”, señala el documento.
La desaceleración del PIB mundial es un reflejo de los desafíos que enfrenta la economía global en un contexto de tensiones comerciales y conflictos geopolíticos. Mientras algunas economías, como la española, muestran cierta resistencia, el panorama general sigue siendo frágil.
La OCDE insta a los gobiernos y a las instituciones internacionales a trabajar de manera coordinada para mitigar estos riesgos y evitar una mayor desaceleración. El próximo informe, previsto para mayo, proporcionará una actualización más detallada sobre la evolución de la economía global.