El ministro de Economía, Luis Caputo, descartó categóricamente un canje de bonos y aseguró que Argentina cumplirá con los vencimientos de deuda pública previstos para enero, que ascienden a 4.000 millones de dólares. A través de su cuenta en la red social “X”, el funcionario respondió a especulaciones generadas por un informe de la consultora Cohen, dejando claro que el Gobierno no recurrirá a esta estrategia.
El economista Salvador Di Stéfano, cercano al presidente Javier Milei, había planteado la posibilidad de un canje de bonos con vencimientos en 2030 para aliviar presiones financieras hacia 2025. Sin embargo, Caputo desestimó esta hipótesis con un contundente: “No lo es”, y aseguró que “los cupones de amortización e interés de enero se pagarán sin salir al mercado, independientemente del nivel del riesgo país”.
El informe de Cohen sugería que un canje podría ofrecer alivio a corto plazo, pero aumentaría la deuda total, afectando a futuras gestiones. Frente a esto, el ministro reafirmó que los fondos para cubrir los pagos provendrán de reservas líquidas acumuladas, lo que permitirá evitar presiones adicionales sobre el mercado financiero.
Caputo explicó que los más de 4.000 millones de dólares destinados a los vencimientos no serán reinvertidos en instrumentos financieros estatales. En su lugar, el capital será canalizado hacia el sector privado y algunas provincias, con el objetivo de fomentar la inversión y generar un impacto directo en la economía real.
“Esa plata se traducirá en mayor inversión, menores tasas de interés, crecimiento de la economía y trabajo para la gente”, sostuvo Caputo, marcando un contraste con políticas previas que priorizaban el refinanciamiento del Estado.
Analistas económicos destacan que esta estrategia busca estimular sectores productivos clave mientras se reducen las tasas de interés, lo que podría dinamizar el crédito y reforzar la actividad económica.
Federico Furiase, asesor del Ministerio de Economía, respaldó las declaraciones del ministro y destacó los resultados del programa de estabilización secuencial implementado por el Gobierno. Este plan, que integra medidas fiscales, monetarias y cambiarias, ha permitido fortalecer las reservas líquidas tanto en dólares como en pesos.
“La acumulación de reservas otorga margen para anticipar pagos y mejorar el perfil de vencimientos de la deuda, reduciendo riesgos para el próximo año”, explicó Furiase. Además, subrayó que la política fiscal austera y la acumulación de divisas son pilares fundamentales para sostener la confianza en el programa económico.
El economista Nery Persichini, de GMA Capital, calificó como acertada la decisión de garantizar el pago de los vencimientos de enero sin recurrir al mercado. Sin embargo, advirtió que la reducción del riesgo país será clave para que Argentina acceda a financiamiento externo en mejores condiciones.
Según Persichini, el riesgo país debería situarse en 556 puntos básicos para que los bonos argentinos alcancen rendimientos de un solo dígito. Actualmente, esta cifra está 189 puntos por encima, lo que refleja los desafíos que enfrenta el país para mejorar su perfil crediticio. Además, las tasas internacionales duplican las registradas en 2016-2017, lo que complica aún más las posibilidades de obtener préstamos externos en términos favorables.
“La administración de Caputo navega en un contexto financiero global menos favorable que en años anteriores, lo que refuerza la importancia de mantener estabilidad macroeconómica y evitar un aumento de la deuda externa”, señaló el economista.
La confirmación de que Argentina no buscará endeudamiento para cubrir los vencimientos de enero generó reacciones moderadamente positivas en el mercado financiero local. Si bien persisten interrogantes sobre cómo el Gobierno continuará reduciendo tasas y estabilizando el tipo de cambio, la decisión fue percibida como una señal de compromiso con la sostenibilidad fiscal.
Caputo destacó que la estrategia apunta a fortalecer un círculo virtuoso en la economía, redirigiendo los recursos a sectores productivos y mejorando el balance del Banco Central. Este enfoque busca, además, reducir la relación entre deuda pública y PIB, un aspecto clave para restaurar la confianza de los inversores.
Federico Furiase resaltó que estas políticas no solo mejoran el perfil de deuda del país, sino que también envían una señal clara de responsabilidad fiscal al mercado. En el mediano plazo, este marco busca estabilizar el riesgo país y abrir las puertas a financiamiento externo en condiciones más favorables.
El Gobierno de Javier Milei enfrenta un panorama financiero complejo, donde la estabilización de la economía requiere decisiones prudentes y consistentes. La negativa a un canje de deuda y la garantía de pago de los vencimientos de enero refuerzan la imagen de un equipo económico comprometido con la sostenibilidad y el crecimiento. Sin embargo, el éxito de esta estrategia dependerá de la capacidad del país para consolidar un entorno de confianza macroeconómica y atraer inversiones que impulsen el desarrollo.