El primer ministro libanés Nawaf Salam ordenó este viernes al Ejército detener a los responsables del reciente lanzamiento de proyectiles contra Israel, en medio de un repunte de las tensiones fronterizas que derivó en una nueva ofensiva del Ejército israelí contra el sur de Líbano y un inédito ataque con drones sobre Beirut, el primero desde la tregua acordada en noviembre de 2024.
Desde su cuenta oficial en la red social X, la oficina del primer ministro advirtió que este tipo de acciones “amenazan la seguridad y la estabilidad del país” y exigió a las Fuerzas Armadas revisar la situación en el sur para determinar el origen de los disparos, considerados irresponsables por el gobierno central.
El comunicado del Ejecutivo fue directo al apuntar contra “una reactivación de las operaciones militares en la frontera sur” y advirtió que quienes violen la tregua deben ser llevados ante la Justicia. Además, se remarcó “la necesidad de completar el despliegue del Ejército” en la región para que la tenencia de armas quede exclusivamente bajo control estatal.
En paralelo, Nawaf Salam sostuvo una ronda de contactos telefónicos con líderes árabes e internacionales con el objetivo de presionar a Israel para que detenga sus bombardeos en territorio libanés. Beirut reafirmó su compromiso con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que estableció el cese del fuego y el retiro de efectivos tras la última escalada.
Pese al acuerdo, el Ejército israelí nunca se retiró por completo del sur de Líbano y mantiene al menos cinco puestos militares en zona de frontera. Además, en las últimas semanas lanzó varios ataques aéreos bajo el argumento de estar actuando contra posiciones de Hezbolá, organización político-militar chií apoyada por Irán.
Desde el gobierno libanés y desde el propio Hezbolá criticaron estos bombardeos por considerarlos una violación directa del alto el fuego, aunque el grupo negó estar involucrado en el reciente lanzamiento de proyectiles hacia el norte de Israel.
En un mensaje con tono amenazante, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, lanzó una advertencia contundente: “Kiryat Shmona será tratada como Beirut”. En esa misma línea, afirmó que “si no hay paz en Galilea, tampoco la habrá en la capital libanesa”, y responsabilizó de manera directa al gobierno de Líbano por cualquier ataque que se registre desde su territorio.
Horas antes de esta declaración, el Ejército israelí ordenó la evacuación de comunidades en el norte del país, anticipando un eventual recrudecimiento del conflicto.
Desde Beirut, el gobierno sostuvo que el Ejército nacional es la única autoridad legítima para garantizar la defensa de las fronteras y tomar decisiones vinculadas a la guerra o la paz, en un mensaje que alude directamente a Hezbolá, sin nombrarlo, pero dejando en claro que no puede haber actores armados actuando por fuera del control estatal.
En paralelo, el presidente Joseph Aoun, actualmente en una visita oficial a Francia, informó mediante un breve comunicado que sigue “minuto a minuto” el desarrollo de los acontecimientos, y respaldó la posición del primer ministro en favor de la estabilidad institucional.