Mercados: La semana comenzó con volatilidad global tras ataques de Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán y amenazas de bloqueo en el Estrecho de Ormuz.
Los mercados internacionales abrieron la semana bajo una marcada tensión, dominados por el recrudecimiento del conflicto en Oriente Medio. Estados Unidos lanzó ataques a instalaciones nucleares clave en Irán, bajo la Operación Martillo de Medianoche, con bombardeos sobre Fordow, Natanz e Isfahán. El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró la operación como un “éxito militar espectacular” y advirtió sobre nuevas acciones si Irán no busca la paz. Desde Teherán, la respuesta fue inmediata: el Parlamento iraní aprobó la posibilidad de bloquear el estratégico Estrecho de Ormuz, aunque la decisión final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional. Por ese canal circula alrededor del 20% de la demanda mundial de petróleo, por lo que cualquier interrupción amenaza el abastecimiento global.
En este contexto, el petróleo Brent subió cerca de dos dólares y llegó a cotizar a 81,40 dólares por barril, su nivel más alto en cinco meses, aunque luego recortó parte de la suba y cerró entre 77 y 78 dólares. El crudo estadounidense también mostró fuertes alzas, superando los 74 dólares por barril. La escalada de precios encendió alertas en Wall Street sobre inflación y consumo interno, y el temor a cortes en el suministro global se instaló entre los operadores. El dólar, en tanto, volvió a posicionarse como refugio seguro, presionando al euro, que retrocedió por debajo del nivel clave de 1,1500.
En contraste, los mercados agrícolas de Chicago cerraron el viernes en baja. El trigo, el maíz y la soja retrocedieron, afectados principalmente por una toma de ganancias técnica y el reposicionamiento de carteras ante el cierre de mes. El informe clave del USDA, previsto para el 30 de junio, mantiene en vilo a los operadores, ya que incluirá datos de existencias trimestrales y superficie sembrada. Las proyecciones anticipan un crecimiento en el área de maíz y una caída en soja y trigo para la campaña 2025/26. Además, la expectativa por la abundante oferta global y la competencia de Sudamérica siguen pesando sobre las cotizaciones.
Las condiciones climáticas en Estados Unidos aportaron presión adicional a los precios. Se esperan lluvias beneficiosas en el Cinturón del Maíz, lo que mejora el estado de los cultivos de maíz y soja, aunque persiste la preocupación por el calor extremo en el sur, con temperaturas que superan los 30°C. En Kansas, las precipitaciones podrían demorar la cosecha de trigo de invierno, mientras que en Oklahoma y Texas continúan las condiciones secas. Los maíces tempranos sufrieron la falta de agua en etapas críticas, pero los lotes que captaron lluvias en fechas clave muestran mejores rindes. La soja, por su parte, logró capitalizar las lluvias de febrero en algunas regiones, aunque la variabilidad es la tónica de la campaña.
El aceite de soja fue la excepción destacada de la semana: los contratos con vencimiento más próximo (25 de julio) registraron un incremento semanal superior al 15%, reflejando una mayor demanda y posibles restricciones en la oferta. Sin embargo, la debilidad en los precios del aceite y la caída del petróleo tras el anuncio de cese de ataques contribuyeron luego a la baja de la oleaginosa.
El escenario para los próximos días promete mantenerse volátil, con el foco puesto en las variables geopolíticas y climáticas que seguirán marcando el ritmo de los mercados. Los operadores estarán atentos a la evolución del conflicto en Oriente Medio, las decisiones sobre el Estrecho de Ormuz y los datos del USDA, que podrían definir la tendencia de los precios agrícolas en el corto plazo.
F: agrs