La ofensiva terrestre dejó decenas de muertos, miles de desplazados y críticas internacionales. Organizaciones humanitarias y gobiernos árabes reclaman detener la operación israelí.
Tanques y tropas israelíes ingresaron a Ciudad de Gaza por segundo día consecutivo, tras más de 150 bombardeos que arrasaron torres y campamentos improvisados donde se refugiaban miles de palestinos. El ejército justificó los ataques alegando que Hamás utilizaba los edificios para vigilar movimientos militares.
Funcionarios de hospitales confirmaron al menos 16 muertos en la noche, incluidos mujeres y niños. Desde el inicio de la guerra en octubre de 2023, los fallecidos en la Franja superan los 65.000, una cifra que crece con cada ofensiva.
En el campo de refugiados de Shati, un ataque aéreo mató a un niño y a su madre dentro de su apartamento, según el Hospital Shifa. En Nuseirat, tres personas —entre ellas una mujer embarazada— murieron cuando un proyectil alcanzó su casa. Y en Muwasi, un niño y sus padres perdieron la vida cuando una bomba golpeó su tienda de campaña. El ejército israelí anunció que investigará los incidentes, aunque reiteró que Hamás utiliza zonas residenciales como escudo.
Israel abrió un corredor humanitario en la carretera Salah al-Din para evacuar civiles hacia el sur durante dos días. Sin embargo, miles siguen atrapados sin acceso a comunicaciones tras la caída de las redes de internet y telefonía en el norte.
Se calcula que de un millón de habitantes en la región, unos 350.000 ya abandonaron la ciudad, según el ejército. La ONU estima que 238.000 palestinos han huido en el último mes, mientras cientos de miles permanecen bajo los ataques.
Una coalición de más de 20 ONG, entre ellas Save the Children y el Consejo Noruego para Refugiados, advirtió que lo que ocurre en Gaza constituye un genocidio, según concluyó una comisión de investigación de la ONU. “Los Estados deben usar todas las herramientas políticas, económicas y legales para intervenir”, reclamaron en un comunicado.
El Ministerio de Exteriores de Qatar se sumó a las condenas y calificó la operación israelí como “extensión de la guerra de genocidio”. Su repudio se intensificó tras un ataque que mató a cinco miembros de Hamás y a un funcionario de seguridad local la semana pasada.
Un funcionario militar israelí aseguró que la meta es tomar toda Ciudad de Gaza, salvo un corredor costero. Estiman que aún permanecen entre 2.000 y 3.000 combatientes de Hamás, aunque debilitados y replegados a tácticas de guerrilla.
Las autoridades israelíes creen haber destruido gran parte de la capacidad militar del grupo, pero reconocen la existencia de túneles y células móviles que dificultan el control. El recuerdo de operaciones anteriores, en las que los milicianos se reagruparon tras la retirada, alimenta dudas sobre la efectividad de la actual ofensiva.
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás atacaron el sur de Israel, mataron a 1.200 personas —en su mayoría civiles— y secuestraron a 251. Un año después, el conflicto escala con ofensivas cada vez más destructivas y denuncias globales de crímenes de guerra.